El derecho a la vivienda, la meritocracia, patriarcado y desinformación.
Como relaté en mi entrada anterior, mi temprana relación con el trabajo y la decepción temprana de la meritocracia tuve que posponerla en su momento para afrontar otra situación que estaba atravesando (pero igual de conectada): la falta de vivienda. Al no tener un grupo de contención, ni amigas, ni gente cercana, me aferre a mi pareja de ese entonces y comenzó el trueque de mi cuerpo y mi salud mental a cambio de un techo y un plato de comida todos los días.
Siempre pienso que mis antepasadas familiares fueron mas devotas, al recibir un techo y un plato de comida de parte de sus parejas (por tener más accesibilidad económica por un mismo sistema que les brinda todo) pensaron que tenían el deber de responderles, más allá como esclava de la servidumbre y sexual, brindándoles hijxs, sin hablar de la desinformación de los cuerpos gestantes.
No estamos alejados de la generación que se casaban con niñas en la Argentina, mi abuela es de los 50s y se casó a los 15 años para irse de su casa, mi mamá es de los 70s y se casó a los 16 para ir a un recital de Soda Stereo... y porque estaba embarazada.
Y ahora me encontraba cumpliendo ese linaje familiar y social a mis 18 años viviendo con mi pareja en una casa que sus padres le brindaron. En ese entonces trabajaba en una fabrica de caramelos todo el día para luego llegar a "casa" a limpiar y cocinar, yo no quería eso para mi vida a mis 18 años, así que para escaparme de mi realidad comencé a beber mucho alcohol.